La distancia y el aislamiento que la sociedad actual conlleva muchas veces trae aparejados ámbitos y resultados negativos. Benjamín Franlkin, acertadamente hablaba de la relevancia del involucrarse, aproximarse y relacionarse, dado que el vínculo, no sólo habilita al docente la considerable satisfacción de entrelazarse con un ser humano, de educarlo, de acompañarlo, de instaurar empatía en el encuentro a fin de guiarlo en la resolución de situaciones a partir de elementos que posee. De sostenerlo para enfrentar sus miedos, sus preocupaciones, sus angustias. De posibilitarle divisar que está equivocado, o que está en lo correcto, basándose siempre en fundadas razones. Aunque en este trayecto es preciso calmar las ansiedades, dado que, como bien dice Graciela Frigerio, no es posible olvidar el carácter de extraterritorialidad de los efectos de la educación, es decir, que lo que queda del encuentro con un docente se manifestará atemporalmente, en otro tiempo, en otra escena, en otra cartografía y con otros sujetos.
Así también es preciso destacar, que en la sociedad de hoy, y en nuestros ámbitos de inserción cotidiana, las situaciones conflictivas surgen y a menudo. Pero recordemos que el progreso en la formación del ser humano, uno de los principales objetivos de la educación, es procesual y constante, "dura la vida entera" como bien nos dice Alejandro Dolina, o para expresarlo con la voz de Paulo Freire “cada uno es un proceso, no un destino”. Pero en ese proceso debe estar presente el adulto, significado en la escuela por la figura del docente, si de niños o adolescentes se trata. Por lo que bajo ningún motivo se promueve la desaparición de la relación presencial, con toda la potencialidad que ello implica, dado que "La educación es el lugar de la relación, del encuentro con el otro... sin convertir al otro en el objeto de nuestra programación, pero... asumiendo la responsabilidad... la aspiración, la apertura a que éste sea formativo, una experiencia nueva de ser y de saber" al decir de Carlos Skliar y Jorge Larrosa, sino simplemente, considerar en nuestra toma de decisiones habituales la posibilidad de tener a la mano herramientas útiles a la hora de desplegar nuestras propuestas pedagógicas, como son las TIC en el ámbito educativo.
A mi parecer, debemos tomar conciencia del gran avance tecnologico y que si lo aprovechamos y utilizamos de forma correcta obtendremos grandes y muy buenos resultados pero sin perder la relacion entre profesor y alumno, porque un profesor es quien nos guia, nos acompaña en el largo camino del aprendizaje. No tomemos a las Tic como algo malo, porque en su gran mayoria las cosas por si solas no son malas, nosotros las convertimos en buenas o malas con nuestra actitud sobre ellas.
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